CUEVAS DE SAN GIL
CUEVAS DE SAN GIL
Toledo ha sido conocida en toda Europa desde antiguo como ciudad referencia para la enseñanza de las “Artes Mágicas”, incluyendo la Nigromancia, y en nuestra ciudad, al igual que en Salamanca, se afirmaba que existía una cueva que daba cobijo a una escuela en la que se enseñaban estas artes, patrocinada por el propio Diablo.
Y no eran pocos los importantes hombres de muy diversas procedencias los que dedicaban algunos años de su vida (en ocasiones hasta 7 años) a llegar a Toledo para aprender esos saberes prohibidos, con el objetivo de hacerse ricos, conquistar amores, o acabar con enemigos. Así llegaron personajes como Gerberto de Aurillac, que llegó a Papa con el nombre de Silvestre II (el Papa del año 1000) y sobre el que existe una leyenda, según la cual su tumba, en la Iglesia de San Juan de Letrán en Roma destila agua, y ese fluir, junto al ruido de huesos, que algunas veces se dice que se oye en su sepulcro, anuncia la muerte de un Papa.
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